miércoles

Keira, manchas rojas de pastel


Al igual que Dios plantó tus valores centrales en ti, también lo hizo con tu dones.  << Tenemos dones diferentes, según la gracias que se nos ha dado>> (Romanos 12:6) A diferencia de los regalos de Navidad que recibiste cuando eras niño, los dones y las capacidades que viene de Dios son para ti y para los demás. Son escogidos de manera especial para la Razón a la cual te está llamando Él.

Pensamiento clave

Los dones de Dios en ti te capacitan para tu don para el mundo.

¿Cómo descubres tus dones espirituales?
Prueba este ejercicio. Sólo por diversión. A medida que leas esta historia, pregúntate con qué respuesta de las personas te identificas más.
Imagina una escena en la que siete amigos están reunidos alrededor de una mesa  para comer pastel  de cereza. Cuando Keira, la persona mejor vestida y al parecer con más hambre que está presente, agarra una jugosa y roja rodaja de pastel para ponerla en su plato, de alguna manera se le escurre y cae boca abajo en su regazo. ¡Qué desastre!
El modo en que cada uno de los amigos responde revela sus dones.
La primera amiga toma las riendas, dando órdenes y organizando un eficaz equipo de limpieza. Tiene el don de administración.
El segundo amigo de inmediato hace una oferta:<< Keira, cariño, ¡te invito a otro pedazo! En realidad, otro pedazo de pastel de cereza para cada uno, yo invito>> Parece que tiene el don de la generosidad.
El tercer amigo se reclina en la silla y dice con toda tranquilidad:<< Podría haberte dicho lo que iba a pasar>> Quizás tenga el don de profecía (aunque no el de sensibilidad en ese momento)
La cuarta amiga ya ha comenzado a llorar, no por su pastel ni porque se manchara su vestido, sino por Keira. La cuarta amiga debe tener el don de la misericordia.
La quinta amiga, por otra parte, asombra a todos cuando se ríe, ¡y luego también se le cae su propio pedazo! En seguida todos los demás se ríen también; y el enfoque sin duda alguna ya no recae en la primera y desafortunada amiga. La quinta amiga estaba muy motivada para ayudar a su amiga manchada por el pastel a sentirse mejor. De seguro tiene el don  de alentar.
Después de un minuto, el sexto amigo capta la atención de todos. <<Hay una manera de comer pastel de cereza>>, le dice. Lo he investigado. La primera de nueve cosas que hay que saber es… Creo que el sexto amigo tiene el don de enseñanza.
Y, por último, el séptimo amigo. Ya ha terminado una tarea sin que nadie se lo pidiera: ha limpiado todo. El séptimo amigo es un ciervo de corazón.
Ahora, piensa durante unos segundos. Sucedió un solo suceso alrededor de la mesa, pero hubo siete respuestas muy distintas. ¿Qué amigo eres tú en la historia? ¿Qué respuesta es más natural  para ti?
Dios te ha dado dones. Sabiendo eso, ¿en qué destacas? Y, por favor, no me muestres falsa humildad diciendo algo parecido a esto: <<Pero Jaén, en realidad no soy bueno en nada>> solo deja tus quejas ¿vale? (Quizás Dios no me haya dado el de la misericordia).
Sé sincera. ¿En qué eres excepcionalmente buena? (Eructar diciendo el alfabeto completo no cuenta. Eso no es un don. Es asqueroso). ¿Cuándo te dice la gente: <<Eres tan bueno en eso que me da envidia. Me gustaría poder hacer eso>>?

La biblia tiene varias listas de talentos y capacidades (por ejemplo, Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12; Efesios 4:11), pero solo son muestras de una lista mucho más larga y que no está escrita de dones que Dios ha distribuido entre los seres humanos.


Tomado de Chazown, libro escrito por Craig Groeschel, pastor de LifeChurch.tv